martes, 12 de febrero de 2013

LA MONTERA SEGOVIANA


De nuevo retomamos el blog, tras una temporada sin escribir.
Hemos querido retroceder un poco en la historia, y conocer más sobre ella. Concretamente voy a centrarme en la montera segoviana porque es importante tener en cuenta la historia de los tocados.

Obviamente, todos los trajes regionales tienen sus riquezas, el primor de las telas y bordados, que las mujeres han bordado y que las hijas van heredando.


Las alhajas son el complemento del atavío, y de entre ellas ha de figurar siempre un crucifijo, que significa "sacrificio", la virtud esencial de las esposas y las madres castellanas, y diversas medallas con las imágenes más veneradas de la tierra segoviana.

 
Los atavíos de nuestras abuelas, que pasaban de madres a hijas por espacio de siglos, no era como las modas de hoy.
Tenía cada uno su símbolo, un poco a la manera de las ropas  litúrgicas, que respondían a una idea piadosa o moral o a alguna viejísima tradición.
Este traje con su montera y su vara de mando, se llama en tierra de Segovia, traje de Alcaldesa, porque es costumbre de toda esta comarca de pastores y labradores que un día al año, el de Santa Águeda, quede la autoridad en mano de las mujeres.
 
 
En el hogar manda ese día la madre de familia, y en el pueblo se suelen elegir dos alcaldesas y dos alguacilas que resuelven pleito y querellas entre los vecinos.
Todo ello es a día de hoy simbólico, los tiempos han cambiado, pero este día nosotras, queridos míos, mandamos, aunque muchos digan que Sta. Águeda es cada día.
 
 
 
La montera triangular es pues, símbolo de autoridad. Acaso su remoto origen esté en el alto peinado que, según los escritores griegos y romanos llevaban las mujeres celtíberas.
Frecuentemente las mujeres del pueblo conservan para sus fiestas las galas que usaron antaño reinas y grandes señoras.
Los botones que lleva a cada lado la montera - doce en conjunto - se llaman "los doce apóstoles". Otro símbolo de autoridad es la vara, que es lo mismo que el cetro o bastón de mando.
 
 
 
Este año he podido apreciar todo de primera mano, porque mi madre ha sido la Alcaldesa de Torrecilla del Pinar, un pueblecito de Segovia.
Es un traje que siempre me ha llamado la atención especialmente por el trabajo artesanal que conlleva.
Traje rico en bordados, encajes, lentejuelas...una auténtica joya que muchas de las mujeres que han celebrado este día han podido lucir. Mantones con historia, bordados de sus bisabuelas...y todo ello cuidado desde hace generaciones, desde luego es digno de admirar.
 
Así que desde aquí dar las gracias a todas las mujeres que mantienen vivas las tradiciones, y que guardan como oro en paño estos trajes.
Como veis, los tocados tienen mucha historia, y cada día me apasiona más seguir descubriéndola.
Espero que os pase lo mismo.
 
¡Bienvenidos al blog de nuevo!